domingo, 16 de enero de 2011

El embrujo de un Lirio



En la serenidad del desgano, Azucena despertó del letargo sabiendo que alguien había estado durmiendo a su lado. Él se había levantado aún más temprano que ella para ver el refrigerador vacío y la cafetera sucia. Él se había marchado... Sin lavar los platos, sin llenar el refri, sin limpiar el baño. Pero sí, eso sí... tendiendo la cama sobre Azucena. Estirando mucho cada sábana sobre su cuerpo, cada frazada sobre cada sábana y cada edredón sobre cada frazada. Azucena, ya despierta, lloró el rocío de las 6 de la mañana, debajo de la pulcritud deshonrosa del abandono tendido en la cama. Con cautela se movió luego de dos horas para no desacomodar la tristeza y se escondió en la tina de baño. Vio en la pared, pintado con acrílicos, un perfecto Lirio. Repasó su forma y su figura como lo había hecho cada noche. Nadie se había marchado... El sueño del Lirio, que mantuvo embrujadas por 10 meses (y unos cuantos días más) las paredes de la casa, había terminado. Por un segundo quiso volver a dormir y dejarse embrujar de nuevo... Entonces, Azucena recordó que no existe nada mejor que el libre albedrío... Y lloró el poco de lágrimas que le quedaban de reserva, por última vez, en la tina de su baño.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Doblenimia

Orlando se llama 2 veces y no de la misma manera.
Cuando habla consigo se llama de una forma
y cuando lo llaman, se llama diferente.

Yo siempre lo llamaba de ambas...
Orlando cuando lo llamaba en silencio,
y de mil maneras en voz alta.
Pero en silencio, Orlando era el único,
con un solo nombre, con un solo ser...
Con un solo pensamiento.

Orlando se presenta con otro nombre,
como si guardara su nombre para casos especiales.
Para personas...
Para momentos...
Para instantes.

Públicamente se llama diferente,
incluso cuando él mismo se llama la atención.
Pero sé que en silencio se sigue llamando como siempre,
tal cual yo lo llamaba en silencio también.

Orlando... Sin importar cómo se llame,
lo importante es que tiene un nombre (o dos o tres).
Y que sonríe siempre como Orlando...
Aunque la gente lo llame de otra manera,
aunque a veces ni siquiera, sepan quién es...

Reparado de reparos

Orlando sueña despierto, por las noches sobre todo.
Y sueña despierto porque sabe que todo se hará realidad.
Va y viene con varitas mágicas de cartón corrugado.
Regando magia indiscriminadamente...
Mágicamente, se aleja del cómo, del cuándo, del dónde.
Y vuela.

Orlando vive en medio de lagos celestes.
Donde tira monedas de chocolante
esperando que el agua se tiña un poco.
Se acuesta entre piedras blancas y blandas...duras y oscuras
Pero no se queja.

Orlando ha empezado a dejar pedazos de sí mismo en el mundo...
En la gente y sus deseos.
En los dulces y en los salados.
En el cielo y en la tierra.
Y aunque no es gigante su alma alcanza para todos...
Un poco para mí también.

Orlando camina sin desgastarse,
llora sin acongojarse
y duerme sin despertarse.
Y aunque hace días que no lo veo... sé que me escucha...
yo lo escucho a él y se que duerme bien.
Y en mis sueños aparece, me sonríe con la mirada de siempre...

Orlando no tiene reparos,
aunque anda reparando y reparando.
Su inteligencia lo guía
y su corazón lo llama 5 veces por semana.
Y mientras Orlando sonría,
todos sabemos que todo andará bien.

martes, 14 de septiembre de 2010

Constanza no declina!

Constanza se acuesta pasadas las 12. Se acuesta y no duerme, sueña despierta.

Constanza tiene un método de arrullamiento, que consiste en jugo de cebada caliente, nicotina y alquitrán.

Ella pierde los estribos los fines de semana, pero los encuentra antes de que llegue la madrugada del lunes.

Constanza se acuesta y sueña con hombres... también con mujeres y niños.

Sueña con los hombres de su vida y su futuro.

Tiene pesadillas con sus defectos y sonrie en medio de sus talentos.

No sueña con la belleza de los hombres, pero sí con su pureza...

Si es que acaso la tienen escondida en alguna parte.

Creo que Constanza se acuesta cansada.

Y que la sus constantes pesadillas la han llevado a agotarse aún más.

Pero Constanza no declina...

Sueña, despierta y sueña...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ay Margarita!

Margarita se deshojaba los domingos por la noche
Y a veces los sábados también, los impares sobre todo.
Veía películas ya vistas y cantaba canciones desconocidas
Mientras se deshojaba la madrugada.

Margarita sueña y despierta
Y vuelve a despertar a las 7 de la mañana.
Y suspira entre bosques desconocidos...
Entre árboles que no la quieren
Y lunas a las que no les importa.

Margarita amanece muerta y deshojada cada lunes
Sin sueños... Con una realidad que parece pesadilla.
Y aunque en el espejo se vea amarilla y radiante
Ella sabe que amaneció sin vestido...
Y que no hay hojas en closet
Para poder seguir deshojándose...

lunes, 30 de agosto de 2010

CONTIGO EN LA DISTANCIA - CHRISTINA AGUILERA

Un lunes cualquiera

Amaneció despejado, casi diría que soleado...
Y sin pensarlo mucho salí del letargo de las horas de sueño. Mi mirada estaba fija sobre un punto cualquiera, que me decía que no era la misma. Un punto en el que lo que más me gustaba de mí moría... Y quedaba la frialdad, el cálculo y la materia. Los ojos se entrecerraban para no ver el cambio, para no ver debajo del polvo. El rastro que dejaba la desaparición era salado y el resultado amargo.